El Gran Mausoleo, hecho de mármol y concreto en el cementerio Forest Lawn Memorial Park estaba ligeramente abierto al público desde antes de que Michael Jackson fuera sepultado en algún lugar de ahí, en un verdadero laberinto de varios pasillos.
Sólo hay que decirle al guardia que uno quería entrar para ver un vitral de “La última cena”, y es posible recorrer una parte de las catacumbas durante unos 10 minutos, sin que nadie le pregunte a uno nada.
Pero esas secciones abiertas son sólo una parte del extenso inmueble que se yergue como un edificio de varios pisos y que tiene más espacio subterráneo.
Así que, ¿dónde yace el Rey del Pop dentro de este monolito? Esa información quedaría en secreto durante generaciones.
El viernes, una familia de turistas preguntó a un guardia si la tumba del superastro era privada. El guardia respondió que sí.
“¿Privada, para siempre?”, insistió uno.
“Privada, para siempre”, contestó el vigilante...
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